
TRANSFORMADA HOY
¿Quieres perder peso sin dietas extremas y con un enfoque que honre tu cuerpo y tu espíritu? Este es el lugar indicado para transformar tu relación con la comida a través del método probado de Alex Velez. Aprende estrategias efectivas basadas en la fé, la consciencia y la gratitud para transformar tus hábitos de forma sostenible y alcanzar tu bienestar integral. En cada episodio, te guiaremos con pasos prácticos y ejemplos inspiradores para que logres tus objetivos. ¡Escucha y comienza hoy tu camino hacia la libertad!
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TRANSFORMADA HOY
Ep 110 | 🌸 ¿Cómo Perder Peso Sin Hambre Constante? La Respuesta Está en Tus Hormonas
En este episodio de Transformada Hoy te acompaño en el camino hacia la pérdida de peso sin sentir hambre todo el tiempo. ¿Sabías que no estás destinada a vivir entre dietas, antojos y la constante sensación de fracaso? Descubre cómo tu cuerpo, diseñado divinamente, puede ser restaurado y honrar a Dios sin sufrir culpa ni restricciones extremas. Recuerda: ¡No estás rota, defectuosa ni eres un fracaso!. El problema son las dietas que ignoran el funcionamiento de tu cuerpo.
Temas clave:
✅ El hambre no es tu enemiga, es una señal: Aprende a identificar las señales de hambre distorsionadas por desequilibrios hormonales.
✅ Domina tus hormonas clave: Comprende el papel de la insulina (almacenamiento de grasa), la grelina (la hormona del hambre), y la leptina (la hormona de la saciedad), y cómo balancearlas para transformar tu cuerpo.
✅ Desmitificando la insulina: Descubre cómo los alimentos procesados y los carbohidratos refinados elevan la insulina, impidiendo la quema de grasa y causando fluctuaciones de energía.
✅ Estrategias prácticas para el equilibrio hormonal: Aprende a espaciar tus comidas (dejando al menos 4 horas entre ellas), elegir alimentos reales y densos en nutrientes, escuchar las señales de tu cuerpo, y evitar el "picoteo" innecesario.
✅ Tu cuerpo, un diseño divino: Entiende que Dios te dio un cuerpo sabio con un sistema hormonal perfecto, y cómo cooperar con él para alcanzar una salud integral.
💡 "Mi pueblo fue destruido porque le faltó el conocimiento." (Oseas 4:6) 💡 "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento." (Romanos 12:2)
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Hola, bienvenida aquí a tu espacio de transformación integral donde cuerpo, mente y espíritu son renovados por la verdad de Dios. Soy yo tu amiga Alex Vélez, coach de vida y de adelgazamiento y hoy te acompaño a un episodio que muchos han estado esperando de cómo podemos perder peso sin sentir hambre todo el tiempo.¿Sabías que no estás destinado a vivir entre dietas, entre antojos, entre la sensación constante de que fallas en cada intento de perder peso? Hoy te voy a enseñar que el cuerpo que Dios diseñó para ti puede ser restaurado y usado para su gloria sin tener que estar sufriendo la culpa, el hambre y el fracaso todo el tiempo. Quiero comenzar recordándote hoy algo importante. Tú no estás rota, no estás defectuosa y no eres un fracaso. El problema no eres tú necesariamente. Son las muchas dietas que han ignorado cómo funciona nuestro cuerpo. Lo más frustrante de hacer dietas es esa hambre constante que no te deja en paz, que te hace sentir deprivada de alimentos, de mal humor, te cambia tu temperamento y muchas veces después de los 40, esto se intensifica más. Te recuerdo que a los 47, 48 años perdí¡Suscríbete al canal! en ese ciclo, sube y baja, trataba la dieta del último momento, la de repollo, la dieta keto, la dieta de baja caloría, o sea, en fin, tantas y tantas dietas, aún traté un programa médico de adelgazamiento con unas galletitas ahí, con unas hormonas, la cosa más terrible del mundo, pero nada me funcionaba y lo terrible era que cómo me sentía después mental, emocionalmente, cada vez que fracasaba en esas dietas. Entonces, ese ciclo yo lo conozco perfectamente. Pero cuando entendí cómo funcionan las hormonas, particularmente las hormonas que tienen que ver con el hambre, metabolismo y el adelgazamiento, Todo cambió. Ahí es donde perdí esas 70 libras sin dolor, sin restricciones extremas y lo más importante, sin pasar hambre todo el tiempo. Y esto fue tan impactante para mi vida, de hecho para mi hogar, que aún mi esposo perdió unas 85 libras siguiendo los consejos que yo le daba y así ayudé a perder peso a muchas mujeres como tú. El hambre no es tu enemiga. Lo voy a repetir. El hambre no es tu enemiga, no es para tu odiarla. El hambre es una señal. El problema es cuando esas señales están distorsionadas y esto sucede cuando tus hormonas están fuera de balance. Quiero comenzar con la palabra de Dios en el libro de Oseas 4.6 que dice, mi pueblo fue destruido porque le faltó el conocimiento. Entonces hoy vamos a recibir conocimiento, el conocimiento que necesitamos para dejar atrás la confusión y empezar a cuidar tu cuerpo con sabiduría. Siempre te recuerdo que nuestro cuerpo fue un diseño divino, es un diseño divino y es una máquina divina. Tan impresionante que Dios ha creado que si aprendemos cómo funciona, se nos va a hacer más fácil vivir una vida óptima. Así que vamos a hablar hoy de tres hormonas claves que controlan el hambre y controlan la saciedad. Vamos a hablar hoy de la insulina, de la grelina. y de la leptina. Te recuerdo que hay un episodio hace algún tiempo atrás, el episodio 95, donde también introduzco este tema, así que te invito a que también vayas allá. Entonces, la primera que quiero que hablamos, la primera de las hormonas es la insulina, que muchas personas por error piensan que solamente las personas diabéticas deben estar atentos a esta hormona, esta insulina. Bueno, esta es la hormona que se activa cada vez que nosotros comemos. especialmente si comemos alimentos llenos de azúcar, harinas. o carbohidratos refinados. Te recuerdo que los carbohidratos refinados son aquellos que han sido procesados y de los cuales se han eliminado gran parte de sus nutrientes, de sus fibras y otros compuestos que benefician nuestro cuerpo. Se encuentran comúnmente en alimentos como el pan blanco, la pasta blanca, el arroz blanco, los pasteles, los dulces. Estos alimentos suelen tener un alto índice glucémico. lo que significa que se digieren rápidamente y pueden causar picos en los niveles de azúcar en sangre, lo que a su vez puede llevar a fluctuaciones en el estado de ánimo y la energía, así como la acumulación de grasa. En otras palabras, cuando comes de estos alimentos, se te activa la glucosa, un pico de glucosa alto y tu páncreas tiene que segregar Una alta cantidad de insulina y mientras se segrega esta alta cantidad de insulina, porque es necesario limpiar esa glucosa de la sangre, es imposible que estemos perdiendo peso. Por eso es que cuando comes de estos alimentos, te da un sueño, te bajan las energías, se te hace difícil concentrarte, se te pone como le llaman, como una neblina mental. Entonces, el trabajo de la insulina es sacar el exceso de esta glucosa en la sangre. Lo que no se usa, recuerda que se guarda.¿Y dónde es que se va a guardar? Lo que no se usa, bueno, se va a guardar en tu cuerpo en forma de grasa, especialmente en el abdomen, las caderas y los brazos. O sea, que lo que tu cuerpo no necesita en el momento, la insulina, que es una hormona de almacenaje de grasa y de limpieza de la glucosa en la sangre, lo que va a hacer es remover esa glucosa en forma de grasa en las áreas de tu cuerpo que tanto te molesta. Cuando comes todo el día. tu insulina se mantiene alta todo el día. No tiene oportunidad de bajar. Recuerda que la glucosa se va a activar cada vez que comamos y hay alimentos que la van a activar en picos. Por tanto, la insulina tiene que activarse. Y aquí está el problema. Mientras la insulina esté alta, tu cuerpo no puede quemar grasa. Tu cuerpo o quema grasa o almacena grasa, pero no puede hacer las dos cosas a la vez. Pero cuando le das espacio a tu cuerpo, reposo, Que la insulina pueda bajar. el dormir, el espaciar tus comidas, el cuerpo va a entrar en un modo de quemagrasa y ahí es donde empieza la transformación. Entonces, la hormona de la insulina tenemos que aprender a cómo ponerla a descansar, que no esté activada todo el tiempo. Aquí en la dieta americana nos han enseñado que necesitamos tres comidas, tres meriendas y sabrá Dios cuántas cosas más. Y la realidad es que nuestro cuerpo no está activado. de esa forma. Recuerda que por más nutritivo que sea algún alimento, como quiera, va a tener glucosa en la sangre y tu insulina tiene que activarse. Entonces, la segunda hormona es la grelina. La grelina le llamamos también la hormona del hambre. Esta es la que te dice eso mismo, le dice a tu cerebro, tengo hambre. Es esa sensación de vacío en el estómago. Paréntesis, no estoy hablando de un hambre mental, un hambre en la boca, no estoy hablando que un antojo. Estamos hablando cuando tu cuerpo envía señales de hambre.¿Por qué? Porque esta hormona llamada grelina se activa y te da una sensación de vacío en el estómago, te da una sensación como de los gruñidos o el sonido en la barriga, en la parte, o sea, la parte baja de la parte toráxica. No estoy hablando del ruido de los intestinos que es un poco más abajo, comiste algo, quizás te cayó mal, no estoy hablando de eso. Estoy hablando un sentido de vacío en el estómago con un poquito como que de ardor y entonces muchas veces se acompaña con un ruido En el estómago te puede dar irritabilidad. Estos son señales de que la grelina está activada. De repente no te puedes enfocar en las tareas que estabas haciendo. Entonces empieza el cuerpo a darte unas señales primero de que tienes hambre. Pero si estás sobrepeso o has comido en exceso por mucho tiempo, esa hormona se desregula. Entonces vas a sentir hambre todo el tiempo, aunque no necesites alimentos o energías en tu cuerpo. Entonces la grelina, cuando está activada, Todo el tiempo comiendo desmedidamente está completamente desbalanceada. Y la tercera, a modo de introducción, hormona que vamos a hablar es de la leptina. La leptina es la hormona que te dice ya estamos satisfechos. Ya para de comer. Pero si no estás sensible a la leptina, sigues comiendo sin darte cuenta de que ya es suficiente. Y ese es el ciclo. comes, subes la insulina, se altera la leptina y otra vez vuelves a comer y ese ciclo no para. Pero la palabra nos dice en Romanos 12, versículo 2, nos dice, no os conforméis a este ciclo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Así que hoy vamos a renovar nuestro entendimiento. Sobre nuestro cuerpo, sobre cómo cuidarlo desde el conocimiento y no desde la culpa. Recuerda que las corrientes de este mundo. van a hacer que tú te conformes. Por eso la palabra dice que no nos conformemos este siglo. O sea, que nos enseñaron que tenemos que comer de cierta forma. Si estás viendo en tu cuerpo que te está haciendo daño y cada vez que vas al médico, te dicen que tus niveles de azúcar estás alto, que estás prediabética, que tienes hipertensión, que tienes que cambiar tu estilo de vida. O sea, te están diciendo que la forma que estás viviendo y comiendo no te está sirviendo. Así que vamos a renovar hoy el entendimiento. Te invito a que abramos nuestro entendimiento para poder nosotros descubrir cuánto¿Cuál es la voluntad de Dios? Buena, agradable y perfecta. Así que hablemos de lo práctico.¿Cómo podemos balancear estas tres hormonas? Primero, es importante que espacies tu comida. Tomes tiempo entre comida y comida. No necesitas comer cinco o seis veces al día. Tres comidas completas, bien diseñadas, son más que suficiente. Mira, Cuando se te empiezan a regular las hormonas, inclusive a veces hasta dos comidas se hace suficiente y hay veces que te das cuenta que hasta una sola comida no te da hambre en todo el día. Si son comidas densas, llenas de nutrientes. Por eso nosotros practicamos y creemos mucho en el ayuno intermitente.¿Por qué? Porque es poner tu cuerpo a reposar. Pero si estás comenzando, deja por lo menos cuatro horas entre cada comida. Comienza con planificar tres comidas al día. Entonces deja cuatro horas entre cada comida para que la insulina tenga tiempo de bajar. Cada vez que comes, recuerda, la insulina va a subir.¿Por qué? Porque bajaste en algún pico de glucosa y tu insulina tiene que subir para limpiar la glucosa de la sangre y lo que no necesitas lo va a almacenar como grasa. Así que si comes constantemente, no hay un descanso hormonal de la insulina. Segundo, elige comidas reales. Elige comidas reales. densas, llenas de nutrientes, los alimentos que Dios creó, vegetales frescos, frutas enteras, grasas saludables, como el aguacate, el aceite de oliva, proteínas animales o proteínas vegetales, la carne, el pollo, el pescado, los mariscos, carbohidratos que sean complejos, no refinados, minimiza los refinados, por ejemplo, los complejos, quizás la avena, el arroz integral, el camote, la batata, o sea que son carbohidratos que va a tomar un poquito de más tiempo que se vayan a digerir. Por tanto, no vas a tener los picos de insulina que tenías antes. Esto ayuda a mantener estables tus niveles de azúcar y, por lo tanto, también a mantener estables tus niveles de insulina. Tercero, escucha tus señales de hambre. Aprende a identificar el hambre físico. La que viene del cuerpo, no la que viene ni de la mente ni de las emociones. Eso lo enseñamos siempre en el programa cuando hablamos de la escala de hambre. Pero te recuerdo, o sea que es cuando tu cuerpo ya necesita energía. No es que estás aburrida, no es que estás enojada, no es que estás deprimida y te dio con comer, no es que alguien te invitó, no es que alguien te pasó con un plato de comida y de repente las sensaciones se te despertaron, no. Es cuando tú estás haciendo alguna actividad y de repente empiezas a sentir señales en tu cuerpo, el gruñido o ese gruñido, ese ruidito en el estómago, ese vacío en el estómago, ese pequeño ardor en el estómago, te está diciendo que ya tu cuerpo que se activó, la grelina y que tu cuerpo ya necesita otra vez energía o nutrientes. Y algo vital, evita comer entre comidas. Deja el picoteo, deja las meriendas innecesarias. Es una interrupción a tu proceso hormonal. Aquí nos enseñaron que necesitamos merienda. Mira, eso es parte de la era moderna. Para nada, para nada. En el tiempo... De cientos de años atrás, se comía cuando se podía cazar un alimento, cuando se podía cazar un animal y a veces tomaba dos y tres días. Entonces, es una interrupción a tu proceso hormonal. Empieza por lo menos comiendo no antes de cuatro horas. Para que empiece a nivelarse esa hormona. Primera de Corintios capítulo 10 verso 31 lo dice con claridad. Así que ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. Entonces cada decisión alimentaria puede ser un acto de obediencia y de honra al Señor. Cuarto, aprende a detenerte cuando estés satisfecha. Para poder regular la leptina, que es la hormona que te dice que estás satisfecha, tienes que regular la insulina, tienes que activar la grelina y tienes que empezar a especial y escuchar tu cuerpo. No esperes sentirte llena al extremo. Cuando seas sensible a esta hormona, la leptina, notarás ese punto donde tu cuerpo te dice, ya es suficiente. Yo le digo a las personas cuando están empezando, que es cuando comes, que no sientes que tienes que desabrochar tu pantalón. Es cuando comes y te puedes ir para una caminata o una pequeña corrida. Es cuando comes y no tienes ese sueño tremendo que te hace que te desplomes en un sofá o en un mueble. Así que aprende a detenerte cuando estás satisfecha. Hay varias señales, cada cuerpo es distinto. En mi cuerpo, alguna de las señales cuando estoy satisfecha es como que estoy comiendo y de repente se me va la mente a otra cosa que ya no es la comida. La comida se pone un poco más insípida, pierde un poco de sabor. Ya no está tan excited y tan emocionante como el primer bocado. También yo noté que yo acostumbro a echarme hacia atrás en la silla. Y si sigo comiendo, esto es muy sutil, y si sigo comiendo, se me va esa sensación. Así que aprende a escuchar tus señales cuando estás satisfecha. Hermana querida, mi transformadora querida, no tienes que vivir esclavizada al hambre. Dios te ha dado un cuerpo sabio, diseñado con un sistema hormonal perfecto. Solo necesitas aprender a cooperar con él. No más dietas extremas, no más culpa, no más frustración. De hecho, las dietas extremas te dañan las hormonas. Las dietas extremas te cambian, te alteran tu metabolismo. Y si has entrado ya en los 40 años, ten mucho cuidado con esas dietas extremas. Dios no solo quiere tu salvación, quiere tu rescate. esta oración completa y eso incluye tu salud física. Tercera de Juan capítulo 1 verso 2 dice, Honrar tu cuerpo y a cambiar estas cosas y vas a notar que muchos de estos medicamentos en algún momento te los van a bajar o muchas veces tu doctor te los va a eliminar. Permítele al Señor ser tu guía también en esta área. Entrégale tu relación con la comida, tus pensamientos sobre tu cuerpo, tus luchas hormonales y empieza a caminar en libertad. Yo quiero hacer una oración. Porque creo que para mujeres de fe, creo que incluir a Dios en este proceso es vital. Porque el enemigo todo el tiempo nos está diciendo que no se puede, que no lo vas a lograr, que eso no es para ti, que estás defectuosa. Pero yo creo en un Dios que rompe todo tipo de cadena. Y el comer de más se hace en muchas ocasiones una cadena y una esclavitud. Así que Padre Celestial, gracias por crear mi cuerpo con sabiduría. Hoy junto con tus hijas, mis hermanas, entregamos nuestros hábitos, nuestros pensamientos y nuestras emociones y te pedimos en el nombre de Jesús que nos enseñes a cuidar nuestro cuerpo con entendimiento, que nuestra alimentación sea un acto de adoración y que mi cuerpo te glorifique en todo, en el nombre poderoso de Jesús. Así que hoy te invito a que tomes tu cuaderno y escribas tres cosas. Uno,¿Cómo has estado comiendo últimamente? No te engañes, sé clara, concisa y precisa. Dos,¿qué cambios puedes hacer para ayudar a tus hormonas a balancearse? Tres,¿qué paso puedes dar hoy para honrar tu cuerpo como templo del Espíritu Santo? Así que comienza a planificar tres comidas. Trata de que sea clara. No antes de cuatro horas que comas. Vela tus porciones y escucha a tu cuerpo. Así que si necesitas apoyo, tienes alguna pregunta, escríbeme a alexaroba transformadahoy.com y yo con gusto te voy a estar contestando. Así que entre mí un abrazo, un beso, muchas bendiciones de parte del Señor y en el Señor haremos proezas. Dios te bendiga. Hasta la próxima.